Guía de Sexualidad > Atracción y respuesta sexual
Para que se establezca una relación sexual debe existir un estímulo capaz de provocarlo, siendo necesaria previamente una atracción más o menos intensa hacia el estímulo. Sin atracción no hay estímulo sexual eficaz y viceversa.
El ser humano produce una sustancia con la finalidad de actuar sobre el comportamiento de los demás individuos, llamada feromonas. Las feromonas sexuales se encuentran en la piel, y sobre todo en la vagina de la mujer durante la fase de producción estrogénica (ovulación).
El organismo del hombre y de la mujer son distintos y responden fisiológicamente de manera similar ante un estímulo sexual suficiente y mantenido: la vasocongestión y aumento de la tensión muscular en todo el cuerpo, siendo más intenso en los órganos genitales, hasta que es liberada con el orgasmo. Desde el inicio hasta el fin de la relación sexual, se puede diferenciar 4 periodos:
- Fase de excitación: Aparece un estímulo físico o psíquico, prolongándose más o menos según el sexo (en la mujer suele ser más extenso) y las distintas características de cada persona. En el hombre comienza con la erección del pene, acompañada por un engrosamiento de la piel del escroto y por el ascenso de los testículos en su interior, en la mujer la vagina y la vulva se preparan para la posible penetración en el coito; los labios mayores y menores se engrosan debido a la congestión venosa, el clítoris aumenta su tamaño y la vagina comienza a lubricarse, a la vez que se distiende y amplia su longitud atraicionada por el ascenso del útero; las mamas se endurecen (sobre todo los pezones) y aumentan en tamaño. Y tanto en hombres como en mujeres suele aparecer una erupción rojiza de tipo eritematoso (enrojecimiento sexual) que comienza en el epigastrio y se extiende hacia arriba.
- Fase de meseta: La tensión muscular del hombre aumenta, sufre contracciones del esfínter anal, el pene y los testículos registran una tumefacción, se duplica su tamaño normal, para en el momento culminante de la fase se emite algunas gotas de fluido mucoide no seminal, aunque puede contener espermatozoides, se produce contracciones involuntarias de los músculos de la cara, cuello, abdomen y nalgas, la mujer responde con la expansión total en longitud de la vagina, disminuyendo su diámetro en su tercio inferior, donde aparece una gran congestión venosa conocida como plataforma orgásmica; se retrae el clítoris dentro de su capuchón y los labios mayores disminuyen de tamaño, mientras que los menores adquieren un color rojo venoso denominado piel sexual; en ambos la respiración y el pulso se acelera.
- Fase de orgasmo: En el hombre coincide con la eyaculación y en la mujer con la aparición de contracciones rítmicas en el útero, en la vagina y en ocasiones en el esfínter anal; estos actos involuntarios sirven para liberar al cuerpo la tensión muscular acumulada y descongestionar los vasos sanguíneos genitales.
- Fase de resolución: Desaparecen todos los cambios experimentados para recuperar lentamente el aspecto y ritmo habitual del cuerpo. La mujer si en esta fase es estimulada de nuevo, puede volver a alcanzar el clímax y experimentar otro orgasmo, pero al hombre por el contrario, le resulta imposible volver a alcanzarlo durante un lapso de tiempo, variando de uno a otro.